DANZA REGIONAL MEXICANA.

Los antecedentes de la danza regional mexicana datan de hace cientos de años, para ser exactos desde las culturas precolombinas, ya que fue con ellas que esta manifestación artística surgió como una forma de alabar y rendir tributo a sus dioses. La danza en esa época fue una forma de pedir que las cosechas fueran fructíferas, e incluso hoy en día hay regiones del país donde se siguen rituales parecidos, también servían para pedir que las batallas fueran ganadas y en general se realizaban como una forma de decir a sus deidades que les agradecían por todo con lo que contaban.

Las danzas prehispánicas eran realizadas como parte de grandes rituales y por lo tanto no todos los habitantes de las ciudades Aztecas o de otras antiguas civilizaciones podían participar, sólo los guerreros y sacerdotes. En ellas utilizaban atuendos realmente maravillosos, con exóticos plumajes y piedras preciosas, cascabeles llamados tanabares en los tobillos y algunos otros accesorios como sonajas o collares; la música básicamente eran tambores, como una representación de fuerza y también se hacían acompañar de incienso.

Posteriormente con la llegada de los conquistadores españoles, así como de los esclavos provenientes de África se produjo una fusión increible que dió lugar a lo que hoy conocemos como los sones y jarabes que conservan su escencia sobre todo en la región del Golfo de México, mayormente en Veracruz.

Actualmente se tiene una danza típica casi en cada estado de la República Mexicana, hay algunos en los que se tiene una gran variedad de danzas y atuendos.

De los bailes regionales mayormente reconocidos, no sólo en nuestro país sino a nivel internacional tenemos los Sones Jarochos (Veracruz), las Jaranas Yucatecas, el Jarabe Tapatío (Jalisco), y algunas representaciones de las danzas más antiguas como la Danza del Venado del estado de Sonora.